Acné hormonal

El acné hormonal, cómo la propia palabra lo indica, aparece como causa de los desequilibrios y cambios hormonales y en especial, por el incremento de los andrógenos. Normalmente estas alteraciones de las hormonas aparecen en la pubertad, sin embargo, este tipo de acné también puede aparecer en edades más avanzadas, sobre todo en las mujeres que sufren más cambios hormonales por la menstruación y la menopausia. 

¿Cómo lo podemos identificar ?

En la etapa de pubertad, este tipo de lesiones, generalmente aparecen en el rostro, concretamente en la frente, la nariz o la barbilla, lo que denominamos la la zona T. Cuando se trata de acné en edades más avanzadas, por lo general aparece en la zona de la mandíbula. Este puede aparecer en forma de puntos negros, puntos blancos o incluso en forma de quistes. Los quistes aparecen cuando se quedan en las capas internas de la piel y no llegan a salir a la superficie.

Como hemos comentado anteriormente, este tipo de acné aparece debido al cambio hormonal que provocan factores cómo la menstruación, la menopausia o un aumento de andrógenos. Dichos factores influyen en el acné por diferentes causas: 

  • Debido a la inflamación que se produce en la piel 
  • Producción en exceso de sebo
  • Obstrucción de los folículos pilosos
  • Aumento de las bacterias que forman el acné
acné hormonal

Consejos para aquellos que sufran acné hormonal

Para acabar de forma eficaz con el acné hormonal, es necesario que un profesional te realice una valorción individual de tu caso y de las características de dichas lesiones. 

Sin embargo, podemos darte una serie de consejos a seguir para cuidar tu piel en circunstancias tan delicadas como esta:

  • Lavarse la cara con jabones suaves y especiales para tu situación, sin abusar puesto que no es recomendable lavarse más de 2 veces al día la cara cuando existe acné.
  • Evitar productos que contengan una exfoliación alta.
  • Es importante que no te toques los granos ni intentes quitartelos, puesto que así solo empeorarás la situación. 
  • Cuando te laves la cara, intenta hacerlo de forma suave y sin restregar en exceso para evitar que se irrite más la piel. 
Además, también puedes recurrir a tratamientos naturales que no suelen tener efectos adversos como puede ser el aceite de árbol de té o el té verde.